Personalidad Obsesivo-compulsiva

 

En este trastorno se da una excesiva preocupación por el orden y el perfeccionismo, mostrando una rigidez extrema que impide la flexibilidad, la espontaneidad y la eficiencia. Tienden a la acumulación y al ahorro, suelen mostrarse reacios a tirar objetos gastados o inútiles, así como delegar tareas en otros, a no ser que se hagan exactamente a su manera. Su perfeccionismo les impide muchas veces acabar con las tareas y pueden dejar proyectos a medias por no cumplir con sus exigencias.

Estas personas intentan mantener la sensación de control mediante una atención esmerada a las reglas, los detalles triviales, los protocolos, las listas, los horarios o las formalidades hasta el punto de perder de vista el objetivo principal de la actividad. Son excesivamente cuidadosos y propensos a las repeticiones, a prestar una atención extraordinaria a los detalles y a comprobar repetidamente los posibles errores. No son conscientes del hecho de que las demás personas acostumbran a enfadarse por los retrasos y los inconvenientes que derivan de ese comportamiento.

Tienden a mostrar una dedicación excesiva al trabajo y a la productividad, con exclusión de las actividades de ocio y las amistades. Este comportamiento no está motivado por necesidades económicas. Piensan muy a menudo que no tienen tiempo para tomarse una tarde o un fin de semana para salir o simplemente relajarse. Van posponiendo una actividad placentera, como son unas vacaciones, de manera que nunca la llegan a realizar. Cuando dedican algún tiempo a las actividades de ocio o a las vacaciones, se sienten muy incómodos, a no ser que hayan llevado consigo algo de trabajo, de forma que no estén «perdiendo el tiempo».

También pueden ser demasiado tercos, escrupulosos e inflexibles en temas de moral, ética o valores. Pueden forzarse a sí mismos y a los demás a seguir unos principios morales rígidos y unas normas de comportamiento muy estrictas. También son críticos despiadados de sus propios errores.

 

A continuación, una serie de creencias y estrategias de defensa desarrolladas por este tipo de personas:

 

Creencias sobre sí mismos y sobre los demás

  • “Soy vulnerable a todo lo malo que pueda suceder”
  • “Soy responsable de evitar posibles daños”
  • “Los demás son débiles, irresponsables, no les importa nada”
  • “Si me hago responsable de todo, voy a estar bien, pero si dependo de los demás, me van a decepcionar”
  • “Si creo y mantengo un orden para mí y los demás, y hago todo a la perfección, mi mundo estará bien, pero si no, todo se derrumbará”

 

Estrategias de defensa

  • Controlarse estrictamente a sí mismo y a los demás.
  • Crearse expectativas poco razonables.
  • Asumir demasiada responsabilidad.
  • Esforzarse por la perfección.
  • No delegar autoridad.
  • No crearse expectativas flexibles.
  • Ejercer control cuando no es adecuado.
  • No tolerar la incertidumbre.
  • No actuar de manera espontánea e impulsiva.
  • No buscar actividades divertidas y agradables.

 

 

■  Criterios para el diagnóstico de Trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad

 

Un patrón general de preocupación por el orden, el perfeccionismo y el control mental e interpersonal, a expensas de la flexibilidad, la espontaneidad y la eficiencia, que empieza al principio de la edad adulta y se da en diversos contextos, como lo indican cuatro (o más) de los siguientes ítems:

 

(1)    preocupación por los detalles, las normas, las listas, el orden, la organización o los horarios, hasta el punto de perder de vista el objeto principal de la actividad

(2)    perfeccionismo que interfiere con la finalización de las tareas (p. ej., es in- capaz de acabar un proyecto porque no cumple sus propias exigencias, que son demasiado estrictas)

(3)    dedicación excesiva al trabajo y a la productividad con exclusión de las actividades de ocio y las amistades (no atribuible a necesidades económicas evidentes)

(4)    excesiva terquedad, escrupulosidad e inflexibilidad en temas de moral, ética o valores (no atribuible a la identificación con la cultura o la religión)

(5)    incapacidad para tirar los objetos gastados o inútiles, incluso cuando no tienen un valor sentimental

(6)    es reacio a delegar tareas o trabajo en otros, a no ser que éstos se sometan exactamente a su manera de hacer las cosas

(7)    adopta un estilo avaro en los gastos para él y para los demás; el dinero se considera algo que hay que acumular con vistas a catástrofes futuras

(8)    muestra rigidez y obstinación